De Noche Todos Los Gatos Son Pardos

Otra vez, alcohol y cocaína, 
cigarrillos negros y temblor de manos. 
La calle esta más triste que nunca 
y creo saber que pasa. 
Ella se fue, ella no pudo, 
ella se escapó con el amante de turno 
y yo llegué tarde a tu fiesta. 
Metí placebo pero el amor voló, ligero, 
aterrizó en otro lado. 
A las cuatro de la mañana aún es noche. 
Entró al puterío sórdido y decadente, 
cruzándome en el ascensor a toda clase de desposeídos. 
Me espera la madama gorda y un desfile de gatos pardos. 
Si, son las cuatro de la mañana y aún es de noche. 
La lucecita violeta, la espantosa música de radio chatarra 
y todo el boom en mi cabeza  me llevan directamente a la experiencia cósmica. 
Ahora entra al cuarto mi chica de alquiler dispuesta a darme amor por unos escasos sesenta minutos. 
Puede que sea tan fea como yo y sin duda estamos en desventaja; tan cerca pero tan lejos.
De noche todos los gatos son pardos 
y yo vuelvo para sumergirme en mi taza de café esperando que el día sea un poco más benevolente.